Fiestas de San Juan

TRADICIÓN DE LAS SANJUANERAS

La Sanjuanera, corno todas las tradiciones vivas. ha sufrido modificaciones a lo largo de su historia. La versión que a continuación exponemos está situada a finales del siglo XIX.

Comenzaba con el volteo de campanas a las 12 h. a la vez que se procedía a colgar a los chapalangarras de los balcones d la villa. manifestando así la presencia del mal entre nosotros.

Al atardecer, los mozos descolgaban los muñecos después de haberles volteado en el aire. Una vez en el suelo eran arrastrados por las calles como símbolo del martirio del mal.

Llegados al lugar elegido para la realización de la fiesta. que en aquel entonces eran los extramuros del pueblo, aparecían las viudas con sus tupidos velos y armadas con U. tipo d artilugios (hocetes, cuchillos. horquillos…). Con chillos histéricos arrebataban a los mozos los chapalangarras para destrozarlos junto a las hogueras. El motivo de que fuesen sólo ellas las que matasen a los chapalanganas era por su simbolismo de representantes de que aquellas personas que más sufrieron sus desmanes. Terminada la representación de la muerte del mal, procedían a la quema de sus restos con los que prendían la hoguera.

Quemado el mal y ahuyentados los malos espíritus a través de la purificación del fuego, las viudas levantabas sus velos pudiendo así dar comienzo la verbena con la interpretación de la Sanjuanera, bailada y cantada por todos los asistentes a la fiesta popular. En las cenas se asaba carne, patatas, ajos… Y el vino corría abundantemente durante la noche.

Era costumbre esa noche irse a dormir en cuadrillas, levantándose al alba para ver amanecer. A esto se le llamaba «la rueda de Santa Catalina”.

Una vez preparados. marchaban en romería al campo. especialmente al río, donde hacían las típicas chocolatadas para desayunas ese día.

De regreso era costumbre recoger ramas de cerezos y flor de albahaca para ofrecérselas al patrón en la misa que se celebraba en su honor.

Los últimos restos de la tradición los hemos encontrado hace 40 años. Por aquel entonces. ya no arrastraban a los chapalangarras, ni se acuchillaban, ni siquiera quemaban a la mayoría. Pero sí se paseaban por el pueblo. Especialmente, .s mujeres mantuvieron la tradición los últimos años. Con una pandereta y unas castañuelas bailaban por las calles cantando las coplas y balando ¡Micas de forma excepcional.

Para poder comprender el sentido real de estas celebraciones hemos de conocer a los diferentes personajes que en ella participaban y lo que simbolizan dentro de fiesta.

Como personaje central tenemos al «Txapalangarra» que según las voces del pueblo, corresponde al nombre de un general afincado en la guarnición de Logroño durante las guerras carlistas. Cuentan que cuando llegaba a Cintruénigo, confiscaba las mejores cosechas para alimentar a su tropa y reclutaba a los mozos para la guerra. Por todo esto, no es de extrañar que Pura los cirboneros y cirboneras representase al mismo diablo dada su maldad.

La indumentaria se le colocaba según los acontecimientos más recientes. o bien, según las ideas políticas de cada cuadrilla. dependiendo de si eran carlistas o liberales. Lo que si era común a todos era el pasearlo por el pueblo antes de la hoguera.

Otros personajes importantes son “las viudas”, mujeres vestidas de luto que representan a aquellas personas que sufrieron los desmanes de chapalangarra. perdiendo a sus seres queridos. Tiene como papel dentro la tradición la representación del dolor y del sufrimiento a través de las maldades del general. Su vestimenta consistía en saya negra con blusa negra y un largo mantón con el que tapaban su cara.

Respecto a la música. la noche de San Juan. mandaba la tradición que se tocase la partitura de la “Sanjuanera”, jotica cirbonera de autor desconocido, de una antigüedad mayor de 130 años. A través de los años se ha ido transmitiendo en la banda de música de mayores a jóvenes hasta nuestros días. Esta jotica es una viva muestra de las muchas influencias culturales a las que se ha visto sometida nuestra villa. Está compuesta por vals, jota navarra, arin vasco y jotica aragonesa.

El bailo de esta jota lo hemos aprendido a través de las referencias de nuestros abuelos y abuelas, especialmente de la tía Juanita.

Las coplas que los cirboneros avispados le ponían a la Sanjuanera se han convertido en la memoria de muchos cirboneros. Tenemos que tener en cuenta que cada año se cambiaban por lo que hay cantidad de coplas.

 

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